Cada vez es más frecuente encontrarnos motores de vehículos que lleven turbo, por lo que se ha convertido en un elemento común hoy día. Los turbos son elementos delicados y que requieren de una atención mínima ya que tienen un mantenimiento sencillo. El mantenimiento de un motor con turbo es más exigente y de mayor coste que el de un motor llamémoslo atmosférico, dado a que el turbo trabaja en condiciones extremas de trabajo, soportando altas temperaturas y girando a muchas revoluciones por minuto, hay que evitar la rotura de un turbo. Para la longevidad del turbo conviene tener en cuenta unos consejos:
Hacer un buen mantenimiento del vehículo: Junto con la temperatura el aceite es uno de los principales componentes a tener en cuenta para proteger nuestro turbo (el aceite del motor es como la sangre en las personas) : Utilizar aceites adecuados y de calidad fijándose en las recomendaciones de la marca o fabricante en cuanto a que aceite echar y cada cuanto ha de cambiarse. No escatimes ello es vital para la vida de tu turbo. Es muy importante tener esto en cuenta ya que el aceite además de lubricar el turbo lo refrigeran (Hay un articulo en este blog que habla de este tema https://turbobarato.net/2016/02/20/turbo-y-lubricacion/ ). También se debe hacer mantenimiento del sistema de filtro de aceite y filtro de aire, así como controlar la presión y cantidad de aceite. Con todo ello ayudamos a alargar la vida de nuestro turbo.
Al arrancar el coche: En los coches diésel y cada vez más vehículos gasolina equipados con turbo es necesario encender el coche un poco antes de echar andar. ¿La razón? Para que el turbo se lubrique bien. No hay que hacer mucha floritura, solamente dejarlo a ralentí mientras se colocan los espejos y nos ponemos el cinturón de seguridad, vamos, lo que supone un breve instante para que el aceite llegue a todos los rincones del motor. De esta manera el turbo se lubricara bien antes de arrancar. Si el aceite esta frio se lubricara peor y el turbo no estará bien engrasado ya que no está todo lo fluido que ha de estar.
Una vez arrancado e iniciada la marcha, intentar no subir mucho las revoluciones, sobre todo si el motor esta frio, ni que decir queda en invierno…Una vez que el motor se haya lubricado bien y tenga temperatura (alrededor de 80-90ºC), puedes andar con el perfectamente tranquilo pero no lo fuerces ya que estarás acabando con la vida de tu turbo y te durara menos. En frío siempre es recomendable no subir de 2.000 rpm y pisar con tacto el acelerador.
Si vas a darle caña espera que el aceite alcance su temperatura de funcionamiento, que suelen ser 80 grados.
Así que amigo, ya sabes, espera un poco para poner el motor a plena carga…y evita los acelerones en frio antes de que el motor tenga temperatura.
Al contrario, en coches atmosféricos no es necesario encender el coche un rato antes de arrancar incluso es una pérdida de tiempo y combustible. Si recibe los cuidados que requiere un motor turbo tiene la misma esperanza de vida que uno atmosférico.
Al parar el coche: Cuando queramos parar el coche y hemos apretado el coche un poco con algún acelerón…pasa más de lo mismo que a la hora de arrancar, es necesario dejar el coche arrancado a ralentí un tiempo prudencial. De esta manera refrigeramos el aceite y conseguimos que la turbina baje de revoluciones y que el turbo se enfrié ya que el turbo funciona a altas revoluciones y se calienta. Es muy importante saber que el sistema de lubricación del motor solo funciona con el motor en marcha. No podemos apagar el coche de golpe, ya que por inercia la turbina seguirá girando al ir a tantas revoluciones por minuto (es imposible pararla de golpe) y el problema es que seguirá girando pero sin aceite. La lubricación del turbo depende de que el motor esté encendido. Si cometes el error de pararlo el aceite del eje del turbo se quemará, se carbonizará y te rayará el eje. Ello va traer consigo que tu turbo tenga holgura. Todo esto puede causar problemas en el motor: demasiada holgura puede provocar que se toque la carcasa generando desgaste y creando partículas metálicas que irían directas al motor pudiendo causar daños irreparables. Uno de los síntomas de un turbo con una holgura excesiva es un fuerte silbido.
La fabricación del turbo suele ser de materiales muy resistentes, pero ello no quiere decir que no sean indestructibles por lo que necesitan ser lubricados y también refrigerados.
Y como ya os dije en otro artículo mucha temperatura o calor, presión y poco aceite es el combinado perfecto para una avería de turbo.
Si no hacemos estas pequeñas recomendaciones el turbo se acabara dañando con el tiempo. Por lo que la vida útil del turbo también depende de nosotros mismos …las averías de un turbo suelen ser realmente por nuestro mal uso e ineficiente mantenimiento del mismo. Además hay que recordar que una rotura de turbo puede provocar daños mayores a todo el conjunto mecánico.
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